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A la espera de un dólar calmo, ahorristas dejan los pesos a más plazo en los bancos

Los ahorristas decidieron armar plazos fijos con vencimientos más largos, bajo la presunción de que el ciclo de tasas altas algún día desaparecerá y de que, esta vez, el rendimiento del tipo de cambio será menor que el que dejan estos instrumentos bancarios

Con la expectativa de que el dólar se mantendrá relativamente calmo en los próximos meses -especialmente cuando llegue la liquidación de dólares por la cosecha y se resuelva el conflicto con los holdouts-, los ahorristas argentinos buscaron en el comienzo de 2016 dejar sus pesos en el banco a plazos cada vez más largos y aprovechar, con esto, las altas tasas de interés que empezó a sostener el Banco Central para toda la economía.

El sistema financiero entero sufrió durante la última década las desventajas de un fondeo fuertemente «cortoplacista«. Los clientes bancarios eligieron en ese tiempo hacer depósitos a menos de 60 días por haber tenido que convivir con una inflación de dos dígitos y altas expectativas de devaluación, que depreciaron siempre la moneda local y aceleraron la fuga de capitales.

La estrecha duración de la liquidez se convirtió en una limitación para que las entidades pudieran dar préstamos a largo plazo. Este año, sin embargo, la tendencia ya empezó a revertirse: los ahorristas decidieron armar plazos fijos con vencimientos más largos, bajo la presunción de que el ciclo de tasas altas algún día desaparecerá y de que, esta vez, el rendimiento del tipo de cambio será menor que el que dejan estos instrumentos bancarios.

Según cifras oficiales, los depósitos menores a 60 días tuvieron un crecimiento de apenas un 2% este año, hasta el 17 de febrero (último dato oficial). El avance es cinco veces menor que el que, simultáneamente, reflejaron los que son mayores que ese plazo: el tamaño de los ahorros que son a dos meses creció en este mes y medio un 10,5%; y el de los que son a más de tres meses y menores a seis mejoró en un 11,3 por ciento.

En los bancos consideran que las expectativas de dólar calmo están fundamentadas, en primer lugar, por la oferta estacional de divisas que suele haber entre abril y junio, en el llamado «trimestre de oro» de la economía. El mercado supone que es razonable que las presiones actuales sobre el billete desaparezcan una vez que llegue la liquidación de divisas y que el tipo de cambio deba ser sostenido desde entonces por el Banco Central, para evitar una pérdida de competitividad. Y en segundo lugar, en los efectos que pueda generar en el mercado una resolución sobre el conflicto de deuda que la Argentina mantuvo a lo largo de estos años con los holdouts.

El sistema financiero ya refleja un contraste entre el año actual y los anteriores. En los primeros 45 días de 2015 y 2016, los depósitos menores a seis meses aumentaron en casi $20.000 millones. La diferencia estuvo en que, el año pasado, unos $12.500 millones de este total fueron colocados a menos de 2 meses y unos  5.000 millones a plazos de entre 2 y 3 meses (y sólo $2.200 millones fueron al plazo mayor, de entre los 3 y los 6 meses). En 2016, en cambio, el monto se distribuyó en partes exactamente iguales entre los tres plazos: alrededor de $6.500 millones para cada uno, señala Ámbito Financiero.

El flujo de dinero que están recibiendo los bancos es el fundamento que está detrás de la decisión de Federico Sturzenegger de no subir demasiado las tasas de interés de referencia de la economía para frenar al dólar.

La suba del dólar oficial se da por un factor puntual (y es convalidada por la mesa de dinero del organismo oficial): una caída de la actividad y de la demanda de dinero, que suele presentarse en febrero de cada año y que termina provocando como resultado, en general, un exceso de pesos en el sistema financiero. Es lo que explica que este mes sea siempre, junto con enero, el de mayor crecimiento de los depósitos en los bancos. La dinámica se interrumpirá necesariamente en el segundo trimestre, cuando la actividad empiece a traccionar y la oferta de dólares vuelve a mostrarse, como todos los años en esta época, muy por encima de la demanda.

Fuente: iProfesional