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Con la caída de las ventas de maquinaria agrícola se desplomó la provisión de acero

En medio de la caída de las ventas de las fábricas de maquinaria agrícola, que retrocedieron un 35% en general por el impacto de la última sequía y el encarecimiento del financiamiento, la industria proveedora de chapas para esas empresas copió esa merma con una baja en la provisión de este insumo clave.

Así lo expresó Martín Berardi, presidente ejecutivo y director general de Ternium Argentina. La empresa venía colocando unas 150.000 toneladas de acero al sector y este año va a estar en 100.000 toneladas. Una baja del 33 por ciento.

«Hace tres meses creímos que habíamos llegado a la planta baja, pero después nos dimos cuenta que había subsuelo», dijo. Para el ejecutivo, el productor tomó «una posición conservadora» y restringió gastos e inversiones.

Ternium elabora y procesa un amplio rango de productos de acero. Abastece a clientes de diversas industrias, como la automotriz, construcción, metal-mecánica, línea blanca, envases, energía y transporte. Durante 2018, los despachos para el sector de agro implicaron el 5% del total de la empresa.

Para Berardi, los factores de la caída no se limitaron al clima, sino que a la sequía se sumó la crisis financiera, que trajo aparejado el aumento de tasas y un fuerte recorte del capital de trabajo. «Toda esa cadena frenó las compras, donde los productores empezaron a bajar inventario y se secó la plaza; es decir, vendés y no comprás», señaló. Agregó que se remataron stocks, una suerte de cash is king (donde uno liquida por la falta de efectivo para atender los pagos).

Variación

En el primer trimestre del año, la empresa tuvo un crecimiento del 17% con respecto al mismo período del año anterior en sus ventas, en el segundo fue equilibrado, pero en el tercer y cuarto trimestre las caídas fueron muy fuertes. Con proyecciones económicas de una baja del PBI entre un punto  y medio y dos y medio, el acero también lo siente. «Cuando esto sucede, el acero cae entre 4% y 5%», señaló.

Para 2019, en tanto, la industria apunta a ver «la mitad del vaso lleno». Al respecto, el ejecutivo de la empresa precisó: «En este último trimestre se llegó al punto más bajo de la U, el año que viene va a ser igual al 2018 pero al revés, se pega la vuelta», remarcó.

Opinó que durante el verano no se va a notar aún una recuperación. «Antes las plantas operaban 24 horas por 7 días; esta vez eso no va a ocurrir, no va a ver reemplazos por vacaciones sino que las plantas se tomarán descanso», señaló.

Para 2019 prevé un año positivo y de crecimiento. «Los vectores que pueden dar ese crecimiento son el agro que, va a devolver dos puntos del PBI y la energía, que con una gran inversión va empezar a exportar y dejará de importar gas licuado en invierno en una gran proporción», afirmó. Añadió que las economías regionales serán otro eslabón que traccionará, con la exportación con un tipo de cambio cercano al equilibrio, «donde la Argentina sale sólo exportando más».

Para Berardi, otros dos vectores, con menos probabilidades de ocurrencia que empujarán ese crecimiento son, por un lado, los PPP (Participación Público Privada) de los corredores viales que pueden reemplazar parte de la obra pública que se frenó y, por otro parte, la construcción privada.

Para que la inversión vuelva al país, consideró necesario la reforma impositiva. «También es fundamental la reforma laboral para que la litigiosidad laboral, principal problema de las pymes, esté controlada», sostuvo.

En cuanto al año electoral, el directivo de la empresa dijo: «El Gobierno tiene chances de llegar a las elecciones con una sensación en la economía de que vamos mejor, pero va a ser una elección que se definirá por penales en el último minuto».

FUENTE: La Nación