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El gran desafío pyme: superar la brecha de productividad

La brecha de productividad entre grandes empresas y pymessuele ser etiquetada como un fenómeno propio de la economía argentina, que muchos analistas adjudican al uso de prácticas proteccionistas por parte de los gobiernos locales. Sin embargo, en la Conferencia Anual del International Council for Small Business (ICSB) realizada en Buenos Aires, más de las mitad de los expositores se encargó de revelar que el fenómeno está más extendido de lo que se piensa.

“La brecha en Chile es notoria y profunda, porque las pymes acceden al crédito tradicional a un costo tres veces más caro que las grandes. Además, a las más chicas les cuesta mucho más penetrar nuevos mercados y presentan carencias estructurales por el lado de la formación de capital humano y acceso a instrumentos de digitalización”, dijo Claudio Maggi, gerente de Desarrollo Competitivo de la Agencia de Desarrollo de Chile (CORFO).

Para Carlo Spagnoli, gerente de Proyectos de la Unión Italiana de la Cámara de Comercio e Industria, la clave de la brecha entre grandes empresas y pymes está en la crisis de los Distritos o Parques Industriales. “La economía crece muy poco y lo mismo pasa con las exportaciones del made in Italy. Esto se explica por la pérdida de productividad de las empresas y el consiguiente riesgo de ruptura de los distritos industriales. Mas del 90% de las empresas industriales de menos de cien empleados han crecido gracias a estos distritos”.

Por su parte, el estadounidense Winslow Sargeant, vicepresidente del ICSB, hizo hincapié en las debilidades del entramado pyme y emprendedor en general. Aseguró que en su país dos de cada tres empleos son creados por pymes y se preguntó dónde va a estar el trabajo dentro de 15 años.

“En Estados Unidos es muy grande la cantidad de empresas unipersonales. Si cada una de esas empresas tomara sólo un empleado, se podrían crear 22 millones de empleos. Pero para reducir la mortalidad empresaria, que es muy alta en las etapas tempranas del emprendimiento, hace falta que estas empresas puedan acceder a capital barato, a la educación y a la tecnología”.

Con todo, Sargeant alertó sobre el desafío que implicará para las pymes el desarrollo de las nuevas tecnologías que algunos definen como la Cuarta Revolución Industrial. “Es un cambio de paradigmas. Habrá nuevos ganadores y perdedores. Muchos van a ganar más dinero, pero la mayoría va a tener ingresos básicos”, predijo el vicepresidente del ICSB.

Lo que viene Para Alejandro Delgado Ayala, presidente del Instituto Nacional para Emprendedores, de México, el desafío de los gobiernos de cara al futuro es cómo simplificarles la vida a los empresarios.

“Creemos que la batalla al desarrollo de las pymes hay que darla en la burocracia, para que el empresario no pierda tiempo y ayudarlo a que acceda a los mercados de capitales y de garantías. Desde el Estado es fundamental proveer información y capacitación para enfrentar los retos tecnológicos”.

Es que la aparición de disciplinas como la robotización, la inteligencia artificial, el Big Data, la digitalización y la impresión 3D, está destinada a marcar un antes y un después en la vida de las personas y empresas.

“Es mucho más que un cambio del mundo analógico al digital. Esto hará que muchas barreras se disipen: bienes que hasta ahora eran poco transables, cada vez serán más transables y los nichos de mercados se debilitarán cada vez más rápido. Por eso será preciso repensar la empresa; que la gestión se base más en datos que en la intuición personal”, explicó Jose Luis Curbelo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de España En la misma línea, el rafaelino Ruben Ascúa, ex presidente del ICSB y actual titular de Red Pymes Mercosur, expresó que la nueva revolución industrial exige redescubrir la microeconomía.

“La brecha de productividad está fuertemente sostenida sobre factores exógenos a las pymes. Y esta nueva revolución industrial no hace más que amplificar el desafío de captura de conocimientos. La pregunta es: cómo pueden hacer las pequeñas empresas para captar ese conocimiento, a fin de innovar y de esa forma sobrevivir y crecer”.

Sudáfrica: Recuerdos del pasado

Thamsanqa Edmund Mazwai, ministro de Desarrollo de Pequeños Negocios de Sudáfrica, no logró impresionar al auditorio local cuando dijo que en su país el 20% de la población está por debajo de la pobreza. Pero sí conmovió cuando recordó que hasta los 90 para un negro era delito tener un negocio.

“De a poco esta situación ha ido cambiando. El nuevo gobierno puso a las pymes en el centro de la escena”, comentó el funcionario. Y agregó que ahora, en su país “se favorece la formación de empresarios negros, y su integración a las grandes cadenas de valor, con especial atención en la industria manufacturera y el desarrollo de las TIC”.

Sin embargo, también explicó que, como sucede en muchos otros países, la sudafricana “sigue siendo una economía altamente concentrada, con diferencias de productividad muy marcadas entre los medianos y grandes jugadores”.

Fuente: Clarín