El guiño de Trump a Macri saca del «freezer» exportaciones de acero y aluminio por u$s700 millones
La decisión de eximir a la Argentina del pago de aranceles será transitoria hasta que se defina el tema de fondo. La restricción perjudicaba al grupo Techint y a Aluar. La medida beneficia también a México, Canadá, UE, Australia, Brasil y Corea del Sur.
Estados Unidos decidió eximir por el momento a la Argentina de los pesados aranceles al acero y aluminio. Así lo informó el representante de Comercio, Roberto Lighthizer, ante el Congreso tras los reclamos elevados por el Gobierno argentino.
La medida será transitoria hasta que se evalúe la excención definitiva, pedido que formalizó este jueves la gestión de Mauricio Macri a através de una carta enviada al funcionario.
Lighthizer dijo que las excenciones se aplican «a los dos socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (México y Canadá). También a la Unión Europea. Tenemos a Australia, Argentina, Brasil y evidentemente también a Corea del Sur».
Para la Argentina es una gran noticia: se trata de un negocio de u$S700 millones anuales para la industria nacional: el país exporta hacia Estados Unidos más de u$s500 millones en aluminio y u$s200 millones en acero.
Las empresas que sufrirían un importante golpe de imponerse los aranceles son Aluar (principal productora de aluminio) y el Grupo Techint, que despacha a ese país 200.000 toneladas de acero argentino, lo que representa el 50% de la producción de Siderar, su subsidiaria.
Una dura barrera
El 8 de marzo pasado el presidente Donald Trump emitió dos proclamas presidenciales por las cuales establece un arancel adicional de 25% a la importación de productos de acero, y un arancel adicional de 10% a la importación de productos de aluminio.
Ante esta medida, los ministros de Producción, Francisco Cabrera, y el de Exterior, Jorge Faurie, enviaron una nota al Representante de Comercio y al Secretario de Comercio de EEUU, solicitando dar inicio a un diálogo que permita a nuestro país ser exceptuado del arancel adicional.
En tanto, el 9 de marzo Macri le expresó su preocupación por teléfono a su par de los EE.UU., Donald Trump, quien se comprometió a evaluar el pedido. Y la semana pasada una delegación Argentina se reunió en Washington con el Secretario de Comercio, Wilbur Ross.
Los funcionarios formalizaron este jueves el pedido de manera formal en una carta que destaca la cooperación en defensa y seguridad entre ambos países y también los varios mecanismos institucionales para abordar asuntos económicos, como el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión bilateral.
En la misiva remarcaron la «fuerte relación comercial» entre los dos países y destacaron el importante superávit que favorece a los EEUU, superávit que se vería significativamente incrementado por la restricción a la importación de productos de acero y de aluminio desde la Argentina.
«Nuestro país argumentó que las exportaciones argentinas de acero no desplazan la producción nacional de los EE.UU. Argentina representa sólo el 0,6% de las importaciones totales estadounidenses y entre los países de origen de las importaciones de acero ocupa el puesto 26», indica la carta.
Dichas exportaciones se concentran en los tubos de acero sin costura, productos de alto valor agregado que constituyen un suministro clave para los productores del sector de petróleo y gas en los Estados Unidos. Y que además son uno de los principales productos del grupo Techint.
«En el caso del aluminio, las exportaciones tampoco desplazan la producción de Estados Unidos ni amenazan su seguridad nacional: representan solo 2,3% de las importaciones totales», asegura el Gobierno.
Finalmente, la Argentina señaló que no es un país de transbordo o triangulación para exportaciones de acero o aluminio a los EE.UU. Las importaciones argentinas de productos de acero y aluminio son relativamente pequeñas y se concentran en categorías de productos que Argentina no exporta a dicho país.
Los funcionarios destacaron que «la Argentina cuenta con procedimientos sólidos para las investigaciones antidumping y de subsidios, así como normas y estándares técnicos de calidad para estos productos».
Por último, ratificaron el compromiso para combatir el exceso de capacidad mundial de acero. En ese sentido, el Gobierno apoyó la creación del Foro Global sobre Capacidad Excesiva del Acero (GFSEC) en la Cumbre del G20 Hangzhou.
Y como Presidente del GFSEC en 2018, Argentina lidera un programa de trabajo destinado a que los miembros adopten medidas concretas y rápidas para eliminar los subsidios y otras medidas de apoyo estatal que distorsionan el mercado y que contribuyen al exceso de capacidad.
Un tema delicado
La decisión de levantar aranceles al acero y el aluminio no es un tema simple para la industria estadounidense: sucede que diversas ramas de la actividad dependen de esos insumos y, ante un eventual freno de las importaciones, podrían verse seriamente afectados.
La Cancillería Argentina había señalado que el gobierno nacional tenía la intención de dialogar con las autoridades competentes de los EE.UU. con el propósito de lograr la excepción de esos aranceles para las exportaciones argentinas de ambos productos.
Atento a la medida que se venía, desde el Ministerio de Producción y la Cancillería Argentina habían enviado notas al titular del Departamento de Comercio de EE.UU., así como al representante de Comercio norteamericano en la Argentina, precisando los motivos por los cuales nuestro país debería quedar exento de esta aplicación arancelaria.
Entre estos argumentos, se destacó la baja participación que tienen las ventas nacionales en el mercado norteamericano. Algo que también repitió el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, durante la reunión de finanzas del G20 que se desarrolló en la Argentina entre el 19 y 20 de marzo pasado.
En ese marco, Dujovne mantuvo un encuentro con el secretario del Tesoro de EEUU, Steve Mnuchin, a quien le reclamó que Washington excluya a la Argentina de la imposición arancelaria.
Es que para la Argentina no está en juego una tajada menor: se trata de un negocio de u$S700 millones anuales para la industria nacional. Es que el país exporta hacia Estados Unidos más de u$s500 millones en aluminio y u$s200 millones en acero.
Las empresas que sufrirían un importante golpe de imponerse los aranceles son Aluar (principal productora de aluminio) y el Grupo Techint, que despacha a ese país 200.000 toneladas de acero argentino, lo que representa el 50% de la producción de Siderar, su subsidiaria.
Así las cosas, la exención transitoria es el primer paso hacia la solución de fondo de un tema delicado para la industria nacional.
FUENTE: Iprofesional