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En la UIA volvieron a escucharse quejas por el rumbo económico

La representación fabril asume que los precios de los productos de ciertas industrias protegidas -como indumentaria- son altos. Pero argumentan que el costo industrial es solo un 20% de los importes, y que el resto lo conforman las tasas de interés, costo financiero y de tarjetas de crédito.

La queja por crecientes importaciones en algunos sectores volvió a estar en la agenda de una reunión de la Unión Industrial Argentina. Los dirigentes fabriles ya venían objetando la política económica -a la que atribuyen una situación de atraso cambiario- cuando se conoció que el Banco Central subía las tasas de interés. «Esto encarece el costo de financiamiento, se vuelve a pensar más en el negocio financiero que en la actividad productividad», resumió Ignacio «Vasco» de Mendiguren, de la UIA y también diputado por el Frente Renovador (FR).

Aunque en la UIA también existen dirigentes más proclives a cierta apertura de la economía -como Cristiano Rattazzi, de Fiat-, la mayoría de sus integrantes objeta la política oficial sobre el tipo de cambio y las metas de inflación. «El dólar vale lo mismo que hace un año, pero con una inflación del 40%. O sea tenemos un 40% de inflación en dólares. Vamos a suponer que la inflación en dólares del resto del mundo es del 3%. Estamos más de 30 puntos arriba. Esto es una valorización del negocio financiero sobre el productivo», marcó de Mendiguren.

La representación fabril asume que los precios de los productos de ciertas industrias protegidas -como indumentaria- son altos. Pero argumentan que el costo industrial es solo un 20% de los importes, y que el resto lo conforman las tasas de interés, costo financiero y de tarjetas de crédito. En textiles observan que el Gobierno facilita las importaciones y que eso provocará disminución del empleo. Según sus manifestaciones, la compra de artículos en el extranjero no conllevará una reducción de los valores a los consumidores.

En la reunión de ayer se habló de los acuerdos sectoriales que encara el Gobierno. «Hay voluntad para empezar a trabajar, la idea es convertir ciertas propuestas en ley», contó otro participante, que insiste que la reforma tributaria -que el ministerio de Hacienda planea llevar al Congreso durante 2018- debería ser realizada este año.

Hubo una explicación técnica sobre el efecto del blanqueo de capitales en el sector y detalles sobre el funcionamiento de las nuevas reglas en el sistema de riesgos de trabajo.

En su objeción a las importaciones, se ejemplificó con la compra de viviendas hechas en China, adquisición de madera extranjera o carne de cerdos de Dinamarca y pollo de Brasil. «La industria no logra salir», se enfatizaron entre varios asistentes. Los

«No hay preocupación por el tema productivo, los dólares que ingresan generan que se suba la tasa de interés. Estamos viendo la política de estabilización monetaria, que puede durar un tiempo, pero que no puede ser una política de largo plazo», según de Mendiguren.

 

FUENTE: Clarin