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Importaciones, al banquillo: ya hay sectores que operan con un 50% de capacidad ociosa y alertan por suspensiones

Sectores como el automotriz, línea blanca, textil y calzado acumulan cerca de 10.000 empleados suspendidos. Algunas ramas de actividad. Cámaras alertan por un descontrol en las autorizaciones de importaciones. El Gobierno responde que se trata de otra “herencia” de la anterior gestión

ando se conoció el regreso del «puerta a puerta«, los empresarios industriales cometieron -tal vez sin darse cuenta- uno de los «sincericidios» más reveladores en mucho tiempo.

Temerosos de tener que salir a competir contra productos chinos, desde la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) difundieron un cuadro que sintetizaba todo el terreno que podía perder el «Made in Argentina» en su propio campo de juego.

En ese mismo gráfico se veía cómo un producto textil que salía de China al equivalente de$150, en la Argentina uno similar se comercializa a $700. Es decir, unas 4,5 veces más caro. 

Desde la Cámara de la Industria del Cuero, hicieron lo propio: alertaron que un consumidor local, a partir de este nuevo servicio, podrá comenzar a acceder a valijas o carterasconfeccionadas en Asia a valores un 60% más bajos que si optara por un artículo nacionalcomprado en un comercio.

En definitiva, los empresarios están lanzando una advertencia: sin protección, prácticamente no hay ninguna chance de pelear contra los chinos.

El resurgimiento del «puerta a puerta«, las críticas por parte de funcionarios al régimen Tierra del Fuego –bajo el argumento de que encarecen la tecnología- y el rumor de que el Gobiernobajará los aranceles para la importación de bienes informáticos, puso a los industriales enpie de guerra. 

En este contexto, el grupo de economistas encolumnados bajo el paraguas denominado «La Gran Makro» volvió a agitar las aguas al resaltar los nocivos efectos de lo que, supuestamente, es una avalancha importadora.

Ya sin la incomodidad de tener que jugar un rol crítico -como cuando el kirchnerismo gobernaba- y reaccionar ante cuestiones paradójicas –como el hecho de dejar sin dólares a industrias para entregarlos a precios «subsidiados» para que la clase media viajara al exterior-,apuntó todos sus cañones contra los ministerios de Hacienda y Producción.

«La Gran Makro» comparó a la actual gestión con las que rigieron en épocas de Martínez de Hoz y Cavallo, a quienes no les tembló el pulso a la hora avanzar con una fuerte apertura de la economía.

Para esta agrupación, que supo ser el «ala académica» del gobierno K, la administración macrista está a un paso de inaugurar el «tercer ciclo de desindustrialización en la Argentina”.

«La apertura importadora y el tarifazo, alientan esta idea», afirmaron.

Pero no son las únicas voces que vienen fustigando a la actual gestión. Algunas cámaras industriales, que durante los últimos años habían optado por tener un bajo perfil, también están saliendo con los tapones de punta.

Tal es el caso de Cadieel, que representa a más de 3.000 fabricantes de productos eléctricosy electrónicos –entre los que figuran BGH, Furukawa y Osram- y que se pronunció de unamanera llamativamente dura.

Según la entidad, en el primer semestre el 70% de las industrias sufrieron una caída en el nivel de facturación, del orden del 30% promedio.

Además, casi la mitad de las firmas se vio obligada a despedir personal.El presidente de Cadieel, Jorge Luis Cavanna, alertó que «hay sectores que alientan unaapertura irresponsable de la economía que pone en riesgo cientos de miles de fuentes detrabajo«.

«Hay importadores que sólo quieren hacer su negocio«, advirtió el directivo, quien agregó que el objetivo de «conservar los empleos no se logrará mediante una apertura indiscriminada de las importaciones».

En este marco, hasta la Unión Industrial Argentina (UIA) viene advirtiendo por la entrada decompetidores asiáticos, que están comenzando a ganar licitaciones con precios difíciles de igualar para las empresas nacionales.

Este partido también lo está jugando la Confederación Argentina de la Mediana empresa (CAME), que alertó que un 50% de las fábricas relevadas en un estudio realizado en todo el país aseguró estar «perdiendo ventas en manos de los productos que llegan del exterior«.

Sintiéndose el blanco de todas estas críticas, la Cámara de Importadores (CIRA) respondió con munición gruesa, agitando el fantasma inflacionario.

La entidad advirtió que pedir el cierre de las fronteras es condenar a la Argentina a la imprevisibilidad y supone castigar a las industrias, que no podrán abastecerse de materias primas. Pero también a los consumidores, al obligarlos a tener que convalidar «precios máselevados«.

Así, la CIRA respondió a las quejas que llegaron desde el Frente Renovador, a través de la figura de Sergio Massa, quien había expresado que se estaba «dañando» a las Pymes a través de una «importación indiscriminada» bajo la «excusa de bajar precios».

El argumento había sido esgrimido por el propio secretario de Comercio, Miguel Braunquien, al informar la puesta en marcha del servicio puerta a puerta, aseguró que era positivoporque de esta forma se introduce «competencia» sostenida en el tiempo que «favorecerá alconsumidor«.

Industriales, cada vez más inquietos
Desde CIRA minimizan el problema al afirmar que se trata de una operación de lobby que «algunos buscan imponer mediáticamente o presionando sobre funcionarios con poder de decisión”.

Para reforzar esto, lanzaron un argumento final: las importaciones, lejos de crecer, cayeroncasi 6% en los primeros seis meses del año respecto a igual lapso de 2015.

Este dato es cierto, reconocen desde las entidades fabriles. Pero hacen una salvedad:

– Esta baja obedece a la fuerte contracción de los precios de la energía, al menor ingreso de bienes intermedios para la industria y al estancamiento en la entrada de maquinaria.

– En cambio, los bienes de consumo vienen creciendo a un ritmo promedio del 10%, con algunas categorías –como los semidurables- que trepan a tasas cercanas al 20%.

El caso excepcional es el de los vehículos: los cambios en el impuesto a los 0Km y el fin de los topes para importar, provocaron un salto del 40%.

Lo que más inquieta a las cámaras sectoriales es que este repunte se está dando en paraleloa una caída en la demanda.

Es decir, se achica el consumo y llegan más productos de afuera para competir por esa torta más pequeña.

En diálogo con iProfesional, Raúl Zylbersztein, secretario general de la CGERA, aseguró que «elargumento que nos dieron desde el Gobierno es que, frente al caos que dejó la anterior gestión, como no tenía información y no pudo hacer la transición, decidió autorizar todas lasDJAI pendientes«.

El problema, advirtió, es que «como antes los permisos estaban trabados, hubo empresariosque pedían dos o tres veces la misma solicitud de DJAI, por las dudas. Así que cuando el macrismo dio luz verde, aprobó todo, incluso, lo que se pidió por repetido».

El directivo señaló dos fallas del actual Gobierno: «Primero, no hizo ninguna consulta con lascámaras para interiorizarse. Segundo: extendieron la validez de las DJAI de 90 a 180 días, con lo cual hubo algunos importadores que estuvieron entrando mercadería hasta hace algunas jornadas».

Para el directivo, «hay ramas de actividad que sufrieron una verdadera avalancha».

Rama por rama
Bajo la óptica de Miguel Ponce, director del Centro de Estudios del Comercio Exterior y que conoce a fondo la interna, aseguró que se está en una situación intermedia.

Consideró que no todos los sectores se están viendo afectados pero sí indicó que hubo casosen los que se produjo un claro desborde. «La situación no es homogénea. Las quejas responden a que hay arbitrariedades», indicó.

Según un relevamiento realizado por la consultora Abeceb para iProfesional, el rubrocalzados, productos de belleza e higiene, ropa, artículos electrónicos y juguetes son los que han liderado las importaciones durante la primera parte del año, en términos de divisas (ver cuadro).

En el caso del sector textil, las compras a otros países crecieron un 27%.

Esto implicó que ingresara ropa por unos u$s35 millones más que el año pasado, en un contexto en el que la industria tiene suspendidos a más de 2.500 empleados, según informó la Asociación Obrera Textil (AOT).

De ese total, sólo Alpargatas y TN Platex suman 1.000 casos.

La entidad gremial aseguró que el sector «está atravesando una etapa difícil, como la que ya hemos vivido en otras épocas, por la apertura de importaciones».

En diálogo con iProfesional, Marco Meloni, vicepresidente de ProTejer, confirmó  que»“en la industria hay suspensiones y despidos«.

Los principales orígenes de la indumentaria que llega al país son Asia y Brasil, que está ganando terreno por la baja de ventas internas.

Además, porque el propio BNDES está financiando a los exportadores brasileños con tasas subsidiadas y plazos de hasta 180 días.

Esto generó que se haya abaratado la ropa importada.

«Una camisa nacional de calidad hoy tiene un costo promedio de u$s21. La que llega deafuera, impuestos incluidos, promedia los u$s12,5«, alertó Meloni.

En el caso de las heladeras y freezers, las compras al mundo se dispararon casi 70% en divisas.

«Están entrando equipos de gama media, que son los que fabricamos”, advirtieron fuentes de la cámara de línea blanca.

Los principales competidores son Turquía, China y Brasil, con precios mayoristas que son entre un 30% y un 40% más bajos que los nacionales.

El problema de esta área de actividad es que, mientras las importaciones crecen, las ventas minoristas acumulan una contracción del 20%.

Esto provocó que «estemos trabajando con una capacidad ociosa del 50%«, aseguró.

Además, cerca de 1.000 empleados fueron suspendidos por los fabricantes Gafa y Bambi, ubicados en Santa Fe.  «Se enciende una alerta amarilla«, anticiparon desde la UOM, frente a estos casos.

En lo que hace a electrónica, si bien las importaciones en general se redujeron, un alto directivo de uno de los mayores fabricantes de tecnología de Tierra del Fuego no ocultó sudisgusto al recalcar que están creciendo a «tasas chinas» la entrada de televisores LED a valores llamativamente bajos.

En los últimos días trascendió que el Gobierno presionó a las firmas que producen celularesy computadoras para que mejoren sus niveles de competitividad y bajen los precios, vía inversiones.

A modo de ultimátum, desde el macrismo les advirtieron que si en el mediano plazo no se observa una importante reducción de las cifras a las que se ofrecen al público estos productos, entonces podría haber un mayor flujo de importaciones, para nivelar el mercado.

Otro sector sobre el que puso el foco la CAME es el de los fabricantes de cubiertos y cuchillos, luego de que el Ejecutivo decidiera reducir drásticamente los aranceles de importación.

Por caso, la brasileña Tramontina –la empresa más grande de la región-, de tener quetributar más del 400% por encima del valor de cada importación, ahora tiene que afrontar un arancel del 11%.

Desde la Cámara Argentina de Fabricantes de Cubiertos advirtieron que esto los deja en unasituación de gran vulnerabilidad. Por el momento, las importaciones bajo el rubro cuchillos vienen creciendo a una tasa del 20%.

Según la CAME, «se ha observado el ingreso de productos importados a muy bajo precio, lo que le quita clientes a los fabricantes».

La situación en el sector automotor también se presta a la polémica: sólo en la provincia deCórdoba se relevaron 4.000 empleados suspendidos en las últimas semanas.

Esto, en un contexto en el que el ingreso de vehículos se dispara a un ritmo del 40%.

Las terminales destinaron casi u$s500 millones más que el año pasado para traer 0Km, principalmente de Brasil, país afectado por la crisis y que exporta autos a precios rebajados.

Poco después de que SMATA denunciara que se alienta más la importación que la producción, la cámara que nuclea a las automotrices (ADEFA) comunicó los datos acumulados a julio:

• Las ventas a la red de concesionarios de autos nacionales sumaron menos de 160.000, un alza por debajo del 5%.

• Los despachos de 0Km con sello brasileño o extra Mercosur crecen a una tasa seis veces superior y ya suman cerca de 240.000 unidades.

A esto se agrega la menor demanda del mayor socio comercial. Frente a este cuadro, el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, advirtió que las suspensiones «van a seguir hasta fin de año«.

La industria editorial y gráfica, en tanto, ya está operando por debajo del 60%. En este caso, las importaciones juegan un papel central.

Según datos de la Cámara Argentina del Libro, en el primer semestre se importaron productos por u$s35 millones, un 55% más que en igual período del año pasado, cuando el «cerrojo» funcionaba a pleno.

El sector fue el primero en ser habilitado para el servicio «puerta a puerta«, allá en el mes de febrero, bajo el argumento de que los libros impresos en el país costaban un 50% más en promedio que en Brasil o Uruguay.

«Hay editoriales que producían en la Argentina pero que ahora están trayendo todo de afuera», advirtieron desde la entidad a iProfesional.

Ahora, el temor por la irrupción de esta ola importadora se está extendiendo a muchas ramas de actividad, desde donde advierten que, sin protección no pueden competir.
Funcionarios del Gobierno buscan aplacar las críticas: aseguran que llegó la hora de habilitar una «competencia sana» y que los precios que pagan los consumidores en la Argentina no estén tan desfasados del resto del mundo.
Fuente: iProfesional