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La línea que une a Moyano, el déficit comercial y la importación de piedra

El creciente déficit comercial es una luz amarilla permanente en el tablero de control de la economía argentina. Aunque las exportaciones tuvieron una tenue recuperación en enero de este año, con una mejora en las cantidades vendidas de 5,8%, el número que concentra la preocupación es el de las importaciones.

Es innegable que su evolución está favorecida por un dólar que estimula las compras externas, pero también por algunos factores ligados al ciclo de expansión de la economía. Va un ejemplo.

Las obras para renovar el ramal ferroviario Belgrano Cargas están generando un inesperado cuello de botella: no hay suficiente piedra balasto para sostener los rieles y durmientes, y por esa razón algunos proveedores comenzaron a importar este insumo. El Estado acaba de completar la reparación de los primeros 400 kilómetros de vía, de un plan que abarca en esta etapa 1600 kilómetros.

La buena noticia es que unas cuarenta canteras de las provincias del norte que estaban desactivadas volvieron a operar. La mala es que el costo logístico hace inviable traer la piedra desde distancias más lejanas, y por esa razón se comenzaron a importar algunos cargamentos desde Paraguay.

El déficit comercial obliga a la Argentina a recurrir a dólares financieros para cubrir esos pagos, lo que a su vez potencia otros desequilibrios. Enero tuvo como positivo un leve repunte exportador y mejores términos de intercambio.

Lo que queda por resolver y comprender es que la falta de competitividad no solo es un elemento que le resta potencia a las exportaciones, sino que también es un factor que puede forzar nuevas importaciones. El Belgrano Cargas reparado permitirá triplicar la carga transportada, moverla en menos tiempo y más barato que en camión. Hugo Moyano lo sabe.

FUENTE: Cronista