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La venta de maquinaria agrícola creció 22% y marcó un nuevo récord

La venta de maquinaria agrícola durante 2017 alcanzó un récord de ventas, con un volumen de operaciones que cerró con ingresos por más de u$s 2200 millones. Así lo destacó el INTA, que especificó que ese nivel creció un 22% respecto al 2016, aunque el dato negativo pasó por la balanza del sector, entre importaciones y exportaciones. El crecimiento de las importaciones decretó un balance negativo para el país, por un total de u$s 950 millones.

Según señaló Mario Bragachini, especialista del INTA Manfredi, Córdoba, existe un «progreso continuo con ingresos que en 2015 alcanzaron los u$s 1450 millones, ascendieron a u$s 1800 millones en 2016 para trepar a u$s 2200 millones en 2017. Hay indicios de que el 2018 tenga un mercado de facturación dolarizada parecido al de 2017», expresó el técnico.

La preocupación por las importaciones se expresaron por los más de u$s 1050 millones de máquinas terminadas y componentes para ensamblar que se destinaron a la importación, con una exportación por u$s 100 millones. «El sector merece una Ley de promoción de la industria metalmecánica nacional que incluya a las terminales de maquinaria agrícola de baja y alta complejidad, a las pymes agropartistas y, por supuesto, a las industrias metalmecánicas de procesos agroalimentarios y de bioenergía y energía renovable, entre otras», opinó Bragachini, que agregó que la idea no es cerrar la economía, sino hacerla «más competitiva y exportable».

Además agregó que «es muy difícil ser un país sustentable sobre la base de la transformación de la materia prima alimenticia si se importan todos los procesos y maquinarias. Nuestro país necesita definir su rol en el mundo: continuar como proveedor de materia prima o posicionarse como productor y abastecedor de alimentos de consumo directo o de góndola de alto valor y trabajo argentino», aseguró Bragachini.

A su vez, el especialista del INTA hizo referencia al cuidado del ambiente y de los recursos naturales como una necesidad y una demanda de los mercados, que generará la creciente trazabilidad y certificación de más cadenas productivas.

FUENTE: Cronista