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Otro escándalo sacude a la clase empresaria

Las multinacionales señaladas por casos de carne adulterada defendieron sus productos; el PMDB, de Temer, quedó en la mira.

BRASILIA.- En pleno avance del caso Odebrecht, otro escándalo de corrupción sacude a la clase empresaria y política de Brasil. Las multinacionales salpicadas por casos de carne adulterada defendieron ayer la calidad de sus productos, mientras crece el temor entre la población de encontrar alimentos en mal estado en los supermercados.

Una investigación de dos años destapó anteayer un esquema corrupto en el que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos para autorizar la producción de alimentos no aptos para el consumo.

Se emitieron 27 órdenes de prisión preventiva y por lo menos tres frigoríficos fueron clausurados, uno dedicado a pollos (del grupo multinacional BRF), y dos de la empresa local Peccin que fabricaban mortadelas y salchichas, precisó el ministerio de Agricultura. Otros 21 establecimientos están bajo investigación y el ministerio de Agricultura apartó de su cargo a 33 funcionarios involucrados en el esquema.

«La red de corrupción abastecía sobornos para el Partido del Movimiento Democrático Brasileño [PMDB, del presidente Michel Temer] y el Partido Progresista», dijo el comisario Mauricio Grillo, de la policía federal.

Las autoridades no especificaron en qué instituciones se constataron los productos irregulares, pero afirmaron que en frigoríficos de pequeño porte se detectó el uso de «productos cancerígenos para maquillar el aspecto físico del producto averiado», señaló Grillo en Curitiba, desde donde se dirigió la operación. Es la misma ciudad desde la que el juez federal Sergio Moro lleva adelante el Lava Jato.

Además de la gigante BRF (dueña de las marcas Sadia y Perdigão), entre las empresas investigadas figura JBS, líder mundial en el mercado de carne, dueña de las marcas Big Frango, Seara Alimentos y Swift, entre otras.

«En la justicia federal no hay ninguna mención a irregularidades sanitarias o a la calidad de los productos de JBS y sus marcas», afirmó JBS en un comunicado que ocupaba ayer una página entera en el diario O Globo. En otro espacio contratado en una página completa en los periódicos, el grupo BRF «asegura su alta calidad y la seguridad de sus productos y garantiza que no hay ningún riesgo para sus consumidores».

Pero para la profesora Silvia Farías, que hace sus compras en un supermercado de Río de Janeiro, los reportes de que algunos frigoríficos podrían haber adulterado el pollo con cartón son preocupantes. «Compramos carne para que consuma nuestra familia y, ¿qué esperamos? Que esté en buen estado. Nunca iba a imaginar esto», dijo.

Brasil es el primer exportador mundial de carne bovina y avícola, con presencia en por lo menos 150 países. El impacto de este escándalo en el extranjero preocupa a las autoridades brasileñas en un momento en que busca acelerar un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).

Eumar Novacki, secretario ejecutivo del Ministerio de Agricultura, admitió que existe «recelo» de que se cierren mercados, pero dijo que las irregularidades detectadas constituyen un hecho aislado dentro del «robusto» sistema de vigilancia sanitaria.

FUENTE: La Nacion