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Pymes: en busca del repunte

Las pequeñas y medianas firmas sienten el impacto de la caída en la actividad. Cómo se preparan para lo que queda del año y de qué modo proyectan 2017.

El 2016 será recordado como «un año bravo» para algunos empresarios. Otros lo calificarán como «duro» o «para el olvido». Y los más optimistas dirán que la actividad se desarrolló «con cautela». Estas expresiones reflejan el impacto que las reformas macro económicas tuvieron en la actividad en estos once meses y que esconden un leve optimismo en la recta final del año.

Los datos no son muy alentadores. El Estimador Mensual de la Actividad Económica del Indec arrojó una variación interanual negativa de 2,3% en el acumulado a agosto. El Estimador Mensual Industrial fijó una baja de 7,3% entre septiembre de 2016 y septiembre de 2015, con una caída del 4,6% versus los primeros nueve meses de 2015. Para la UIA, la actividad tuvo una retracción de 2,7% en septiembre, que desnuda una baja interanual del 6,6%. El consumo tampoco percibió la llegada de la primavera. Según CCR, las compras cayeron 7,3% y acumulan un retroceso anual del 4%.

Pese a las cifras, el optimismo no decae. «El cuarto trimestre se va a parecer más al ‘segundo’ comunicado por el Gobierno, con inflación mensual de 1,5%, salarios descontando la pérdida ante la inflación, obra pública pujante, buenas noticias para la industria por el recupero de Brasil, buena cosecha de trigo y otros factores que van a mostrarnos una luz al final del túnel», evalúa Lorenzo Sigaut Gravina, economista Jefe de Ecolatina. «Hasta ahora, percibimos una sensación de que empieza un proceso de crecimiento», agrega.

Contra los datos mencionados, el secretario de Emprendedores y Pymes de la Nación, Mariano Mayer, esgrime: «Brasil revaluó su moneda, lo que tendrá un impacto grande en las exportaciones industriales; el despacho de cemento creció, el agro empuja la compra de pick ups». A juicio del funcionario, eso «da un mejor horizonte a las pymes, que tienen herramientas para ir hacia una transformación productiva». Pero Vicente Donato, presidente de Fundación Observatorio Pyme (FOP), estima que «mientras la macro no arranque fuerte, las pymes tendrán que seguir pecheando», y animando un proceso de reconversión y modernización con eje en mayor productividad.

Expectativas, lo único en alza

Para Sigaut Gravina, el repunte estará dado por la construcción, vía obra pública, y un recupero desestacionalizado del consumo en tanto los salarios -con un segundo aluvión de aumentos- recuperan el terreno que les comió la inflación. «Este año esperamos una caída de 2% de la economía, con la particularidad de un cuarto trimestre con crecimiento frente al tercero. Va a haber algún crecimiento, pero es el margen de repuntada», vaticina.

Félix Piacentini, de la NOAnomics, consultora económica con sede en el interior, cree que se viene «el trimestre bisagra», ya que «las cosas empezarán a mejorar, a lo sumo, porque ya tocamos piso». En su mirada, el crecimiento vendrá más por el campo, Brasil y la obra pública de 2017, un año electoral. «Con esos factores va a alcanzar para crecer casi al 3%», dice.

La situación de las pymes industriales y los servicios asociados comenzó a estabilizarse y recuperarse en el tercer trimestre, salvo sectores afectados por problemas específicos, según la FOP. Entre julio y septiembre, la producción de bienes y servicios continuó cayendo pero ya a tasas menores que las registradas entre abril y junio. Para la entidad, la devaluación de diciembre de 2015 aún no fue completamente anulada por la suba de los precios de las pymes; por tanto, el nivel de protección efectiva contra la competencia externa aumentó levemente, salvo para las producciones que compiten con China.

En primera persona

En el caso de Andrés Lewin, presidente de Aby-Per, una pyme que fabrica maquinaria para la gestión de residuos y reciclaje, la recesión se palpa en la baja de ventas y un parate de consultas. «Las decisiones de compra se están posponiendo por la incertidumbre. Desde las elecciones, nos bajó la actividad», dice. Aby-Per suele exportar el 15% de su producción. «Hoy representa gran parte del ingreso», añade, preocupado por la pérdida de competitividad que trajo la inflación. «En marzo, con la quita de retenciones, estábamos bien, pero ahora volvimos a la situación del año pasado, cuando éramos caros para los de afuera», señala.

De todos modos, Lewin asegura que, en septiembre, la rueda hizo atisbos de querer girar: «Estamos cotizando, pasando presupuestos y atendiendo consultas. Faltan las operaciones concretas, pero creemos que se va a reactivar».

En servicios, la realidad es otra. Santiago Urrizola, fundador y director de Flux IT, una pyme de software platense, cuenta que, desde diciembre, percibió «mucha cautela» de sus clientes a la hora de encarar nuevos proyectos. «Los negocios de riesgo tuvieron una pequeña desaceleración. Nuestros clientes nos pidieron concentrarnos en proyectos de operación».

Urrizola cree que el «segundo semestre» generó un efecto psicológico. «Cada sector de nuestra cartera recibió anuncios del Gobierno que lo favorecieron y eso permitió generar confianza para retomar inversiones. Vieron previsibilidad y por eso 2016 va a terminar como un buen año», dice. Su expectativa para 2017 es que la inflación sea contenida para quitar presión al mayor costo de las firmas: los salarios.

Gustavo Monteiro reconoce que tiene menos ventas en Elite Hogar, su cadena de tiendas de electrodomésticos y artículos para el hogar. «Estamos en recesión y lo único que beneficia las ventas son herramientas financieras como ‘Ahora 12’ o alguna cosa que puedas arreglar con los bancos», sentencia. En su parecer, el consumo no se reactivará «hasta que no se vea una baja real de la inflación». Entretanto, explica: «Hacemos acciones para facturar, al menos, lo del año anterior. Si lo deducís, es un 30% o 40% menos, por la inflación. Estamos achicándonos momentáneamente, pero esperamos resurgir luego».

Algo así le sucede a Junior B, cadena de restaurantes que creció desde Villa Carlos Paz bajo el modelo de franquicias, tomando posiciones en Córdoba, el NOA y la Patagonia. En 2016 tuvo que cerrar uno de sus locales. «Fue un año duro como no tuvimos en una década», puntúa Federico Bertorello, socio de la firma. «Tuvimos una baja de consumo importante, que tratamos de paliar con promociones, especialmente en el sur, donde están más golpeados», dice.

Bertorello también cree en el shock psicológico del segundo semestre. «Veníamos con una baja de ventas del 20%, pero en agosto fue mejorando y en septiembre se notó bastante», cuenta. A pesar de ello, ve con preocupación el verano, en especial en las localidades turísticas donde tiene presencia. «Con un dólar a $ 15, somos caros respecto al sur del Brasil, por eso estamos expectantes, a ver qué pasa .»

Las inquietudes están planteadas a partir de la situación actual, y también es claro el horizonte al que las pymes quieren llegar. Resta encontrar el puente que conduzca a lo deseado, en medio de un cambio de modelo económico.

FUENTE: Cronista