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Las pymes frente a la reforma tributaria: ¿disminuye realmente el costo del impuesto a las ganancias?

La Reforma Tributaria, sancionada a fines del 2017, redujo la alícuota que las empresas deben pagar por el impuesto a las ganancias. Del 35% pasará al 30% en 2018 y 2019, y disminuirá al 25% a partir de 2020.

Hoy en día, es muy alto el costo que debe afrontar una PYME por el impuesto a las ganancias, que se aplica sobre su resultado neto. Es decir, sobre «los ingresos anuales menos los gastos».

Con la reforma se disminuyó esa alícuota, lo que parecería ser un gran beneficio para las empresas. Pero no todo es color de rosa para el empresariado local.

Si bien se benefician con esta reducción, el nuevo esquema vuelve a gravar a los dividendos a través de un «impuesto de pago con carácter único y definitivo» que recaerá sobre los socios o accionistas de las empresas. Este impuesto será de un 7% para el 2018 y el 2019 y de un 13% para los años siguientes. Y se aplicará sobre el monto total que reciban en concepto de dividendos.

Por lo tanto, los cambios tendrán un impacto real únicamente en aquellas sociedades que reinviertan sus ganancias y no las distribuyan entre sus socios/accionistas. De lo contrario, el impuesto total que se abone será similar al 35% del viejo esquema tributario.

Para comprender el verdadero alcance de este cambio, se debe tener en cuenta que los creadores de las empresas -sobre todo las PYMES, que significan el 90% del total de las sociedades que operan en Argentina- son personas físicas y tienen como objetivo final generar ganancias para incorporarlas en su patrimonio personal, cubrir consumos y/o adquirir bienes propios. Por lo tanto, el costo total del impuesto a las ganancias será similar al que se venía abonando antes de la reforma, ya que en la mayoría de los casos las ganancias son distribuidas entre los socios o accionistas, en vez re ser reinvertidas.

FUENTE: Ámbito