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Sigman sumó a Cartellone para un proyecto de energía renovable con biomasa forestal

Con una inversión de u$s 60 millones, los dos empresarios locales desarrollarán el mayor proyecto de generación de energía eléctrica a partir de residuos de la madera.

Mientras llegan las inversiones extranjeras, dos empresarios locales, José Cartellone, con el grupo Benicio, que conformó con sus hijos, y Hugo Sigman, del Grupo Insud, decidieron asociarse para ingresar al negocio de las energías renovables. A través de la firma Fuentes Renovables de Energía S.A. (Fresa) creada por Insud en 2009, construirán una planta de generación eléctrica a partir de biomasa forestal en Gobernador Virasoro, provincia de Corrientes.

La iniciativa demandará unos u$s 60 millones, de los cuales la mitad será aportada por los socios y el resto financiado por bancos. Producirá 40 MW, energía suficiente para abastecer a 100 mil habitantes, que se volcarán al Sistema Interconectado Nacional a través de un contrato con Enarsa.

La génesis del proyecto se remonta a 2013, cuando Fresa fue adjudicada en una licitación del Genren, el plan de Generación de Energía Renovable lanzado durante la gestión de Cristina Kirchner, antecesor del actual Renov.ar. «El contrato se firmó en noviembre de 2015, pocos días antes del ballotage. Su inicio se demoró porque hubo una revisión del mismo por parte de las nuevas autoridades», comentó a El Cronista Tristán Briano, presidente de Fresa.

La planta será la mayor en su tipo construida en el país, y aprovechará residuos de la industria forestal como chips, aserrín, cortezas y restos de madera que actualmente no tienen un uso industrial. En su construcción se emplearán 400 personas y una vez en funcionamiento, previsto para el primer semestre de 2019, ocupará en forma directa a otras 60.

 «Esta central térmica será más que sustentable, porque además de mantener el equilibrio ambiental, mejorará la vida de las personas», destacó el mendocino José Cartellone en una comunicación de prensa.

Con larga trayectoria en la construcción como parte de la compañía que lleva su apellido, fundada por su abuelo en 1918, y que hoy maneja junto a sus hermanos, el empresario decidió diversificarse con la creación del Grupo Benicio, con sus hijos. Las energías renovables son uno de sus focos de interés, a partir de la construcción de una planta de biomasa en Dinamarca y otra en Brasil de la que obtiene energía eléctrica con el bagazo de sus ingenios azucareros. «La tecnología y el know-how desarrollados en estos emprendimientos se volcarán a la nueva planta de biomasa en Corrientes», destacó Briano. De este modo, Cartellone pasa a tener injerencia, además de en el sector de la construcción, principalmente de infraestructura, en servicios, como la provisión de energía eléctrica y gas, concesiones viales en Brasil, agronegocios, acerías en Mendoza y Chile y, finalmente, energías renovables.

«Con esta obra se va a generar capacidad productiva y empleo calificado», apuntó por su parte Hugo Sigman, CEO de Insud. El grupo surgió a mediados de los 80 cuando Sigman y su esposa, Silvia Gold, crearon un laboratorio farmacéutico, y hoy comprende inversiones forestales, hoteleras, en diseño y en producción de cine, entre otras actividades. «Se trata del primer proyecto energético del grupo, y no descartamos una integración vertical de las actividades de agronegocios hacia la producción de biocombustibles», destacó Manuel Sobrado, director ejecutivo de Grupo Insud.

Cartellone y Sigman se unieron a partir de una inquietud de este último, quien quería dar un uso productivo a sus plantaciones forestales. El primer proyecto que delinearon era para autogeneración de energía, pero luego decidieron darle escala para producir mayor volumen energético y volcarlo a la red.

«Este proyecto tendrá un efecto multiplicador en el empleo y el desarrollo», destacó durante la inauguración, el viernes pasado, el gobernador Ricardo Colombi, junto a la intendenta de Virasoro Beatriz Pintos. Estaba prevista la asistencia de Mauricio Macri pero no llegó por problemas de agenda.

 

FUENTE: Cronista