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Resumen y perspectivas de la semana que comienza

Lo que pasó…

Los principales mercados externos finalizaron la semana en terreno negativo o neutros, a pesar de la recuperación del WTI, que apoyado sobre rumores de un posible acuerdo en la reunión de la OPEP el 20-21 de septiembre subió poco más de 9% hasta ubicarse en USD 48.5 el viernes.

Pero empecemos por los índices americanos. El Dow Jones cayó 0.1% y el S&P500 prácticamente cerró la semana sin cambios, mientras que el Nasdaq se salvó -con una leve suba del 0,1%-. En Europa, en cambio, las bajas fueron de mayor relevancia. Puntualmente Londres, Francia, Alemania, España e Italia cayeron un 0,8%, 2,2%, 1,6%, 3,1% y 4,1%, respectivamente. A la vez que en Asia, el comportamiento fue mixto: China ganó 1.8%, pero Japón perdió 2.2%.

En cuanto al comportamiento de los bonos, la mayoría de los rendimientos cerraron el viernes por encima del promedio semanal. El bono americano a 10 años, si lo tomamos como referencia, cerró la semana con una leve subas -siguiendo la tendencia global- al finalizar en los 1,578%, comparado con el 1,514% anual -mínimo histórico- de la semana anterior. Mientras que en las monedas, al igual que la semana anterior, el dólar se debilitó. El DXY -Dollar Index- cerró así en 85,6, comparado con los 95.68 del viernes anterior. En contraposición, la libra mostró un fortalecimiento -con un aumento del 1,28%- y el euro terminó arriba de 1.1326.

Arrancando con los datos económicos de esta semana, a pesar de haber sido pocos, algunos fueron de gran relevancia. Desde Europa, más puntualmente Gran Bretaña, se conocieron varios datos importantes luego del Brexit. Entre ellos, la inflación de julio que terminó siendo levemente más alta que lo esperado por los analistas, y ventas minoristas que resultaron mejores a lo proyectado. Además, en la semana se conocieron las minutas del BCE -Banco Central Europeo-.

Pasando a los datos en Asia, la semana se centró más que nada sobre Japón. Primero, se dio a conocer el dato de crecimiento para el segundo trimestre -por debajo de lo esperado-. Precisamente el PBI anualizado fue de 0.2%, contra un proyectado de 0.7% y lejos del 2% revisado del periodo previo, golpeado por exportaciones y gasto de capital débiles, y reforzando sin dudas la presión sobre el primer ministro Shinzo Abe para que implemente políticas que generen una expansión más sostenible. También se informó el resultado de su balanza comercial, en donde, no hay dudas que el fortalecimiento del yen afectó la balanza comercial. Las exportaciones cayeron un 14% en el mes de julio respecto al año anterior, la mayor caída desde 2009 y por décimo mes consecutivo.

Por último, Estados Unidos no se quedó atrás e informó, al igual que Gran Bretaña, los datos de inflación. Los números fueron menor a los previstos. El Departamento de Comercio, publicó que el IPC mostró un crecimiento de 0.8% en julio respecto al mismo mes del año anterior, y por debajo de las expectativas que apuntaban a un dato de 0.9%.Si miramos la inflación Core -que no contempla alimentos ni energía- esta fue de 2.2% interanual mostrando una desaceleración respecto al 2.3% de junio.

Por fuera de esto, parte de la atención giró alrededor de las minutas de la FED. Como era esperable, no se conocieron grandes indicios respecto al futuro de la tasa (ver lo que vendrá). No obstante, la entidad sostuvo que la recuperación económica está dando señales claras, despejando algunos temores, y volvió a destacar la solidez del mercado laboral como principal pilar de la economía. Puntualmente, igual, sobre el Brexit volvió a destacar que sus efectos aún no estaban cuantificados al momento de la reunión.

Dicho esto, pasemos de lleno a lo local. A diferencia de la tendencia externa, el Merval terminó la semana en terreno positivo. El índice aumentó un 2,9%, para finalizar en los 15.598 puntos. Sin embargo, el panel líder terminó con un balance mixto. Dentro de las mayores subas se ubicaron APBR (+9,8%), EDN (+6,5%), TS (+6,2%) y GGAL (+3,4%), y de las bajas PAMP fue la que más descendió cayendo un 5,7%, seguida por ALUA (-1,6%), YPFD (-1,1%) y MIRG (-1,1%).

Antes de salir del plano corporativo, ya presentados los balances de los principales bancos durante esta semana, el Banco Central publicó ayer el informe sobre bancos del mes de junio. El mismo concluye que las ganancias de los bancos en los primeros seis meses del año, fueron $38.425 millones a pesar de que la intermediación financiera se vio afectada por el nivel de actividad económica. Las ganancias mostraron un crecimiento del 52% respecto al año pasado -cuando había sido de $25.250 millones-, y por encima de la inflación estimada en torno al 40% por un promedio de consultoras privadas. Otro de los temas destacables del informe, fue la caída en el nivel de financiamiento bancario en pesos, el cual mostró una caída nominal de 25.7% respecto a la primera mitad del año 2015.

Pasando a la renta fija, esta tuvo una semana de subas salvo por algunas excepciones. Entre estas últimas, estuvieron los de pesos indexados por CER. El que más descendió fue el CUAP (-3.9%) en un marco, en donde se espera que la caída en la inflación -aunque sea temporal- resultante del freno a las tarifas de la Corte, afecte el comportamiento del CER por el cual ajustan estos títulos. En cambio, y ayudados por la suba del billete, los de dólares terminaron la semana con mayoría de subas.

En cuanto al tipo de cambio, algo ya dijimos. A diferencia de las últimas semanas, este terminó esta vez con un balance positivo. Alentado por la rebaja de tasas y el revés judicial sobre las tarifas de gas, el dólar minorista acumuló durante la semana un alza de 20 centavos y cerró a $ 15,18; mientras que el mayorista anotó un ascenso de 25 centavos y medio (a $14.95).

Como dato en lo financiero, se sumaron algunas colocaciones. Por un lado, lógico, la licitación semanal del BCRA. No hubo sorpresas. Refugiado tal como expresó en la desaceleración de la inflación, convalido un recorte de 50 puntos en la tasa de referencia a niveles de 29.25% anual. El comunicado, apunto que en «en julio se registró una inflación de 2% mensual mostrando un significativo descenso frente al registro de junio (3,1%) y ubicándose levemente por debajo de las expectativas de mercado publicados por esta institución en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado. ..» Además, fue un poco más lejos, y destacó que «la importante baja de la inflación de julio confirmó lo que habían anticipado indicadores y estimaciones de fuentes estatales y privadas mencionados…misma fuente que sugieren hoy que el proceso de desinflación continúa de manera nítida en las dos primeras semanas de agosto». En este sentido, las tasas de corte se ubicaron en 29,25%, 28,4%, 27,8%, 27,46%, 27,11%, 26,69% y 26,50% para los plazos de 35, 63, 98, 119, 147, 203 y 252 días, respectivamente.

Por otro lado, el Tesoro salió a colocar LETES en USD y el segundo tramo del BONCER 2021. Las letras, específicamente, fueron a 77 y 259 días de plazo. Los precios estuvieron prefijados, para el plazo más corto en 3.5%, y para la más larga en el 3,25%. Para las más cortas se emitieron USD 433 millones, mientras que para las más largas se emitieron órdenes de compra por USD 289 millones. De esta manera, sólo en Letes en USD el gobierno lleva emitido un total de USD 5.501 millones. En cuanto al BONCER 2021 adjudicó un monto de VN $ 6.766 millones, de los cuales VN $ 2.140 millones corresponden a una colocación directa al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). El precio de corte fue de $ 1020 por cada VN $ 1000.

Otro tema de gran relevancia, no solo para los mercados, sino para el plano económico y político en general, se conoció el jueves con el fallo de la Corte Suprema respecto al falló que congeló los aumento en la tarifa de Gas. Las señales que iban apareciendo antes del fallo no eran del todo optimistas, primero el dictamen de Gils Carbó a favor de dar marcha atrás con los aumentos, y luego la fuerte oposición manifestada al propio ministro de Energía en el Congreso. Finalmente, la decisión de la Corte si bien convalidó algunos puntos a favor del gobierno, se tomó como un revés ya que obligó a una marcha atrás con el ajuste en las tarifas residenciales hasta tanto no se cumpla con la celebración de audiencias púbicas -no vinculantes-.

Lo que vendrá…

Finalmente la semana pasada el mercado se inclinó por una corrección -leve- que no podemos decir sorprendió. Conocíamos que el mercado -en particular, americano- muestra ciertas señales de agotamiento aunque, no obstante, por el momento parece descomprimirlas mediante una lateralización. En este punto, un buen dato es que los miedos a una corrección fuerte estarían contenidos por el momento. Ahora bien, esto no invalida que para poder quebrar con solidez los máximos ya alcanzados se necesitarán catalizadores concretos y positivos que no parecen sobrar por estos días, o en su defecto observarse claramente de corto plazo. Esto nos lleva a mantener cierta cautela, y seguir manejándonos con stop loss y stop gains.

Dentro de las señales positivas recientes, podemos mencionar los datos económicos desde el Reino Unido que parecen estar indicando que el riesgo que se creía generaría el Brexit, no sería tan negativo como el estimado en un principio. Lo que podría quitar un peso sobre la expectativa de la recuperación europea. No obstante, habrá que esperar nuevos datos para entender si esto sólo bastara para llevar a una recuperación mayor a los índices de esa región -que aún están bastante debajo de los máximos del año pasado-. Hoy, sin ir más lejos, parte de la mirada en este sentido estará sobre la reunión entre los líderes de Alemania, Francia e Italia que seguirán analizando las repercursiones de la salida de Reino Unido.

No obstante, y ya se siente desde este lunes, la mayor atención se centrará ya sobre fines de la semana cuando Yellen hable en el comienzo de la convención anual de banqueros, Jackson Hole. Un evento que no suele pasar desapercibido para los mercados, y en especial, no lo hará este año cuando se siguen buscando señales sobre cuándo la FED retomará la suba de tasas.

Las minutas de la FED de la semana pasada no dieron mucho material en este sentido, sino que mostraron funcionarios divididos -que se esperaba-. Aunque se escucharon con cierto escepticismo las palabras de referentes como el presidente de la Fed de San Francisco el presidente John Williams, y de Nueva York -William Dudley – que plantearon la posibilidad de un aumento de tasas en la reunión de septiembre. Declaraciones incluso a las que se sumaron el fin de semana a las palabras de Fisher que sostuvo que la Reserva Federal está cerca de alcanzar sus objetivos de pleno empleo y de una tasa de inflación de 2%, a la vez que se mostró relativamente optimista sobre la evolución de la economía estadounidense, aunque evitó referirse concretamente a cuando llegará un nuevo ajuste.

Esto no hace más que poner mayor atención a las palabras que se esperan de Yellen el viernes. Hoy la probabilidad de un ajuste en septiembre sigue baja (22%) aunque parece por ahora no descartarse por completo, se verá el viernes o en su defecto después del reporte de empleo de agosto. Si en cambio se entiende que se salteará noviembre por las elecciones americanas, con lo que en consecuencia quedaría también con cierta posibilidad (hoy 50%-50%) diciembre.

En lo que respecta, puntualmente, a la agenda económica de la semana prácticamente no habrá datos relevantes. Básicamente, lo más importante de EEUU -el mismo día que hable Yellen- será la primera revisión del PBI americano del segundo trimestre. Recordemos el anticipo decepcionó tras reportar un crecimiento de 1.2% muy por debajo del 2.6% esperado. Para la primera revisión, no obstante, ahora el mercado espera una caída todavía mayor. Se apunta a un dato de PBI del segundo trimestre algo por debajo del 1.2% (1.1%).

Desde Europa, en cambio, habrá algunos datos de actividad. Mientras que, en Asia, llegará el dato de inflación en Japón -que servirá en parte para cuantificar si las medidas de política monetaria expansivas adoptadas por el BoJ tuvieron su impacto sobre el índice de precios al consumidor-, y poco más.

Mención aparte, merece el petróleo no sólo por la fuerte recuperación que viene acumulando desde comienzos de agosto, sino por las expectativas que encierra en gran parte su comportamiento reciente. Puntualmente, se apunta a la reunión del mes que viene -20 y 21 de septiembre- donde la misma OPEP reveló que incluirán en la agenda volver a tratar la posibilidad de un congelamiento de los niveles de producción a nivel global. Sin embargo, existe en el mercado cierto escepticismo respecto a que finalmente se pueda llegar a un cumplir un acuerdo de este tipo, en especial por la posición de algunos países.

De hecho, un informe del lunes de Morgan Stanley apunta a que un acuerdo de este tipo es muy poco probable. Sostiene que el mercado puede haber mal interpretado los comentarios del funcionario de Arabia que apunta a que su país está dispuesto a «tomar alguna acción para ayudar al reequilibrio del mercado» si es necesario.

En el plano político, más allá de algunos temas en Europa, no hay dudas que la mayor atención -al menos, para los mercados- sigue estando en los sondeos sobre el resultado de las elecciones americanas. Un driver que entendemos deberá progresivamente tomar protagonismo para el comportamiento de los precios. La semana pasada nos dejó un cambio al parecer en la estrategia de Trump, luego de encuestas que siguen dando varios puntos abajo al republicano.

Yendo a lo local, el panorama de fondo no cambia, con un ojo puesto en los mercados externos, y el otro en los temas propios, seguimos siendo constructivos con los papeles argentinos.

Descartamos igualmente, que de corto plazo, cierta selectividad se mantendrá alta sea por el comportamiento del petróleo -sector con alta participación en el índice líder- y las noticias energéticas que impactaran sobre papeles como PAMP, EDN y otras acciones. Luego de la decisión de la Corte sobre el ajuste del gas, es probable que el aumento de la luz corra con la misma suerte, sin embargo el impacto podría ser temporal y limitado. Esto lleva a que tras las caídas, y aquellos que estén dispuestos a tolerar elevados niveles de volatilidad, las acciones del sector puedan ser hoy una opción de compra a mediano plazo.

En los títulos continuó la compresión de los spread de riesgo que podemos ver en los últimos meses. Esta igualmente no es con relación a la región, sino que es generalizada lo que claramente refleja la mejora coyuntural, pero también nos permite seguir proyectando una caída en los diferenciales de rendimientos pero respecto a Brasil, México y otros países de LATAM.

Esto llevó a la curva de bonos soberanos en dólares a moverse entre tasas del 2.5% y 6.5% anual. Puntualmente, en lo que va del mes, los rendimientos reflejan caídas de 30 puntos en la parte corta, 32 en la parte media y 38 en la parte larga. Entendemos que hay más espacio para bajar, aunque somos cautos de corto plazo, ya que esto no invalida que tras el fuerte rally de los precios recientes -apoyada también en parte por una recuperación del billete- podamos enfrentar alguna corrección punto. Algo, de hecho, que nos lleva hoy a favorecer a los provinciales, que han presentado mejoras pero más contenidas. La parte larga, en el mismo plazo, cayó unos 30 puntos en promedio y ofrece hoy rendimientos de entre 6.5-7.5%.

En los de pesos indexados por inflación, en tanto, no descartamos cierto impacto negativo que podría tener sobre los precios la marcha atrás en el aumento de las tarifas de los servicios públicos -al menos, en el próximo mes al impactar sobre el CER-.

Respecto a las tasas, se prestará atención a la licitación de letras del BCRA, luego de dos recortes consecutivo. Nuestra posición en este marco, de cierta estabilidad en el dólar e inflación en desaceleración, el Central podría volver a inclinarse por un recorte de las tasas de entre 25-50 puntos. Igualmente un rendimiento del orden del 29% anual a corto parece seguir siendo una opción para posiciones conservadoras.

Por último, el dólar terminó reaccionando levemente al alza la semana pasada, refugiándose como excusa en las tarifas o la nueva baja de tasas de interés; pero en particular, en un nivel debajo de $ 14,7 que entendíamos ya resultaba claramente atractivo. No obstante, esto no cambia las proyecciones para fin de año que se mantienen no mucho más allá de $ 16.2-16,5 (según el último REM del BCRA). Una tasa de devaluación implícita que hoy prácticamente emparda con los rendimientos en pesos -luego de la reciente baja- y el camino proyectado para la inflación. Por ende, un punto que refleja que si bien no hay apuro en dolarizar posiciones, tampoco hay argumentos para sólo apuntar al peso.